A todos los labradores de Mecina Bombarón, y en especial,
a los que ya no están entre nosotros.
LA VENDEDORA DE HABICHUELAS
Habichuelas, llevo habichuelas
va pregonando con voz incierta.
por las calles de granada
una niña con su cesta
La vecina se asoma a la ventana
y pregunta, niña, ¿que vendes?
¿que llevas?
Ella no la hace esperar, y
cantando le contesta.
Llevo habichuelas de la Alpujarra
las mejores de la tierra.
Las llevo secas, rojas y blancas.
Las llevo verdes, tiernas y frescas.
Son habichuelas de Mecina Bombarón
de la Alpujarra de la Sierra.
Labradas a golpe de azadón
entre riscos y peñas
Sembradas con el rocío
y en claros de luna llena.
Regadas con agua de nieve
clara, limpia y fresca
¿Quien quiere habichuelas?
de rico sabor en la mesa
Cultivadas al aire libre
bajo amenazas, de vientos,
y nubes negras de tormenta.
Con el aroma y fragancia de flores
de montes, frutales y arboledas.
Recogidas con amor
por quienes las siembran
Por una calle de Granada
con la cesta vacía la niña se aleja
Mientras la mujer, sale a la puerta
Espera, espera niña, que quiero habichuelas
Si son tan buenas, tiernas y frescas
Lo siento señora, las vendí todas
y ya no me quedan
Pero, mañana volveré, a traer llena la cesta
de habichuelas de Mecina Bombarón
las mejores de la tierra.
Juan Mesa Esperidón.
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