En la primavera de 1980, allá por los primeros días del mes de Abril, ascendía por primera vez hacia las montañas “ del sol y del viento” y, como otros tantos que me precedieron quedé para siempre atrapado en ellas, especialmente por la hermosura de sus mujeres y la singular belleza de sus paisajes.
Todos los que de alguna forma sentimos o formamos parte de esta tierra, conocemos el arraigado uso de los “ estigmas ” ( atributos y motes que desacreditan a una persona o grupo a los ojos de los demás) y los problemas, de rencillas, peleas y desavenencias que estos han ocasionado. Pero hoy, me quiero referir a uno en particular, al “ estigma de traidor “ que fue aplicado en su día por los vencederos a rey Aben Aboo D. Diego López, de nombre cristiano, y vecino de Mecina Bombaron, último rey de la reconquista de España, proclamado rey de Granada y Córdoba, y por tanto de el Al Andalus “Andalucía”, aunque nunca llegara a salir de esta tierra alpujarreña por los avatares de las batallas y luchas contra los cristianos en las que se vio sumido.
Pero, nada más lejos de la realidad, después de muchos años de estudios de campo e investigación y finalmente al poder compaginar dos de las pasiones de mi vida como son la psicología y la historia, me atrevo en estas pocas líneas a afirmar y a rebatir este estigma aplicado injustamente al rey de Mecina Bombarón “ Aben Aboo “.
El noble
morisco español de nombre cristiano Diego López, nació en el barrio de la “ Mezquita “ que tomó este nombre por haberse construido la iglesia y el cementerio sobre una antigua mezquita, ( donde en la actualidad se encuentran
las escuelas)
de
Mecina Bombarón (hoy
Alpujarra de la Sierra, Granada) , su casa estaba por las inmediaciones que era donde se asentaba el núcleo principal de la población, pués, más abajo pasaba el camino “ Real” que venia de Yegen, pasaba por encima de la quiebra de Mecina, puente romano, continuando desde Mecina hasta la Iglesia de El Golco, ( la iglesia más antigua de la Alpujarra). La población de Mecina Bombarón en esa época sería de unos 300 habitantes aproximadamente, dado que después de la contienda en el primer censo que se hizo de Mecina
fue en 1.678, y había 85 vecinos, y 15 en Golco y otros tantos en Yegen. Adoptó el nombre musulmán de
Abd Allah Muhammad ibn Abbu, conocido como Abén Aboo, Y fue el último rey de Andalucía.
Toma parte activa en la rebelión o revuelta morisca, que se inició el viernes 28 víspera de Navidad en el Macizo central o taha de Jubiles, por ser esta tierra de muchas sierras y peñas a la parte de Sierra Nevada. Hay en ella veinte lugares llamados Válor, Viñas, Exen, Mecina Bombarón, Yator, Narila, Cadiar, Timen, Portel, Gorco, Caxurrio, Berchules, Alcutar, Lobras, Nieles, Cástaras, Notaes, Trevelez y Juviles, conocida por la gravedad y la intensidad de sus combates como la o Guerra de las Alpujarras (1568-1571).Luchó junto a su primo, el rey Aben Humeya /Muhammad Ibn Umayya / Fernando de Valor y Córdoba. Aben Humeya, Junto a sus generales Aben Xaguar, Farax Aben Farax, Manzux de Istán y otros, asalta casi todos los pueblos y alquerías de la Alpujarra almeriense y granadina. Toma venganza de los cristianos en toda la Alpujarra.
Los hechos por el levantamiento morisco en Mecina Bombarón. ( se recogen literalmente de las Actas de los Mártires de Ugijar), si bien no contabiliza el número total de los vecinos que fueron asesinados.
La arbitrariedad y tiranía que muestra Abén Humeya, así como su carácter despótico y receloso le hacer perder el apoyo de sus partidarios, siendo estrangulado con una cuerda , por Diego Alguacil ( Benaguacil) y Diego de Arcos ( El Muxaxar), estando presente su primo Diego López Abenabo; en una pensión del Tocón de Laujar de Andarax, sin que ninguno de sus generales ni de los 200 soldados de su fuerza principal o partidarios, ni de los 24 arcabuceros de su guardia personal, hicieran nada por impedirlo o evitarlo. Aben Humeya, al que ya llamaban “El reyezuelo”, “ Don Fernandillo” o simplemente “El reycillo”.
“murió con entereza y declarando que era cristiano y que lo único que había pretendido era vengar agravios familiares”.
Tras estos hechos, ocupa su lugar como nuevo rey de los andaluces (1569-1571), siendo reconocido y apoyado por el Sultán de Argel ( Alluc Alí), y reconocido por todos los generales moriscos, (excepto por Portocarrero de Almería), Saliendo con una cimitarra ( espada morisca curva) en la mano derecha y un estandarte rojo en su mano izquierda, proclamándose ”Rey de los andaluces” como Audalla Aben Aboo, aunque se llamaría en adelante Muley Abd Allah Aben Aboo”, siendo el lema que adoptó:
“No pude desear más ni contentarme con menos”
El triunfalismo que inspiraba Aben Aboo tratando de mantener la rebelión, se propaga por Almería, Sierra Bentomíz y la Axarquia Malageña. Y trata de propagarse por Valencia y Murcia, envía emisarios a Argel y Turquía en busca de refuerzos, pero, sólo obtiene promesas.
Aben Aboo, reorganiza el ejército (escuadras, pelotones y compañías), pone sueldo o paga mensual a los turcos y berberiscos de ocho ducados al mes, y a los moriscos alpujarreños sólo la comida y facilitándoles la compra de armas a bajo precio, refuerza todas las atalayas y fortalezas, con continua vigilancia ( humadas de día y hogueras de noche); conquista Serón y Orgiva; logra reunir un ejercito con más de 10.000 soldados con el que llega a las mismas puertas de Granada ( Alhendín) pero al no sublevarse el Albaicín se vuelve para la Alpujarra.
Felipe II llama a D. Juan de Austria y los Tercios de Flándes en veintiséis galeras para sofocar la rebelión, al Comendador de Castilla ( D. Luis de Requesens), el duque de Sessa y otros muchos nobles más, con un total al final de la contienda de 46000 soldados y artillería, la suerte estaba echada.
Intenta desesperadamente tomar Salobreña y Almuñecar para recibir refuerzos por mar, pero no lo consigue; pero el combate final se da en Ronda y en Sierra Bermeja en 1571 frente al duque de Arcos donde es derrotado.
Desde los primeros días de Septiembre de este año de 1570 se inicia el asedio definitivo a las Alpujarras, talando e incendiando los campos de bosques y degollando los cristianos a cuantos moriscos se cruzaban en su camino.
Estuvo al frente de la rebelión morisca durante un año y medio. Vencido, Abén Aboo se retira con los restos de su tropa a su pueblo de nacimiento (Mecina Bombarón) y se esconde en unas cuevas situadas entre Bérchules y Mecina Bombarón, , pero es localizado y prenden fuego a la boca de la cueva con matojos y leña, mueren afisxiadas setenta y dos personas de sus mas fieles seguidores y entre las que se encuentran su madre, esposa y dos hijas, pero él logra escapar por una chimenea con dos soldados.
Temerosos de la cólera cristiana, los soldados que le quedaban lo traicionan, lo cita Gonzalo el Xeniz en una trampa, y tras un disparo de arcabuz por la espalda, le golpean en la cabeza con una loza de piedra cayendo al suelo, y tras apuñalarlo lo despeñan por el Tajillo del moro. Después, el cuerpo es recuperado, mutilado y cubierto de paja y sal, y entablado sobre un macho ( un mulo) lo llevan en comitiva a la plaza de Hatabín ( plaza Nueva) de Granada por Gonzalo en Xeniz y el comerciante Francisco Barredo para entregarlo al Presidente y al duque de Arcos, quien mandó arrastrar y descuartizar su cuerpo, mientras su cabeza, separada, la pusieron encima de la puerta de la ciudad que dicen del Rastro, colgada de una escarpia a la parte de dentro, y encima una jaula con un palo, y un título en ella que decía:
Esta es la cabeza del traidor de Abenabó
Nadie la quite so pena de muerte.
Sus restos ( la cabeza y el cuerpo) son recuperados por el Sultán de Marruecos.
desapareciendo su rastro definitivamente en 1879.
De este modo, acababa la última lucha por la independencia, en una guerra desigual entre el poder del mayor imperio del mundo y un pueblo labriego, artesano, no belicoso y amante de su libertad.
En estas localidades siguen circulando numerosas leyendas referidas a los innumerables tesoros encontrados y los que aún continúan escondidos en la Alpujarra por los moriscos con los parajes relacionados con este tipo de leyendas, como la “Cueva del soldado”, el “Tesoro del Alamillo” o el “Tajo del Riegecillo”, así como, también cuentas que algunos pastores de la sierra han visto al caer la tarde sobre los altos riscos de la montaña, la figura de un jinete a caballo vestido de manera extraña, y otras veces galopando por la sierra más rápido que el viento.
Un cordial saludo.
Juan Mesa Esperidón.
